
Desde antes de la sed
y antes del silencio,
eras un humo triste
entubado en mis huesos.
Desde antes de la sed
y antes del silencio.
Hombres ciegos un día
me cerraron el viento
y me hicieron creer
que habitabas en templos,
hasta que un aire puro
me lavó los secretos
y como un mármol dulce
te divisé alma adentro.
Y fuiste de repente de cristal,
como el tiempo.
Por: Jorge Debravo
Fotografía: This is freedom por DreamingPhotographer (Deviantart)
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