miércoles, 17 de junio de 2009

Nacer, crecer, reproducirse y morir


¿Estará realmente enmarcado el sentido de nuestra vida en estas cuatro palabras? ¿Será que nuestra lucha cotidiana está de antemano perdida? La respuesta a esta pregunta y a muchas otras preguntas existenciales que podamos hacernos recae en conocer si realmente existe un creador.

Supongamos por un momento que es así. Supongamos que existe un creador y que el hecho de que este mundo tenga un perfecto balance no es casualidad. Supongamos que fue creado intencionalmente con un propósito. Supongamos que aquello que llamamos conciencia es algo que él escribió en nuestro corazón con la intención de señalarnos el buen proceder. Supongamos que al no vivir conforme a su propósito nos hemos alejado de este creador. Supongamos que nuestra vida pierde sentido si no estamos junto a él, porque nuestra felicidad radica en su compañía. Supongamos que este ser se hace como uno de nosotros y nos ofrece una salida a nuestros errores y a las consecuencias de nuestro mal proceder. Supongamos que esta salida nos ofrece la posibilidad de relacionarnos nuevamente con nuestro creador y hallar en él, el propósito de nuestra vida.

Ahora supongamos que no es así. Supongamos que este mundo es el resultado de una inimaginable cantidad de coincidencias que produjeron esta creación balanceada, con seres capaces de razonar y crear; y sin embargo atrapados en una vida sin sentido que no ofrece más que nacer, crecer, reproducirse y morir. Si este fuera el caso, pues ni se pierde ni se gana nada. Pero si nuestra vida realmente tiene un propósito; ¿Acaso no vale la pena conocerlo? Y si existe un Dios, y con él, el sentido de nuestra vida; ¿acaso no vale la pena buscarlo?

Por: David Ramírez B.

Fotografía: Life Cycle por GoranDA (Deviantart)

martes, 9 de junio de 2009

Ni Punk , ni Metal, ni Hardcore


Desde los 10 años escucho Rock!! Me confieso ante ustedes con este escrito, ya que si sumo los días y noches que tiene este cura de andar por este suelo bendito, ya son más de 25 años identificado como rockero y en todo este tiempo he nadado por varias de las dulces aguas de la música fuerte, entiéndase Rock, Metal, Punk, Hard Core, Ska y hasta algo de Pop. En el 91 me encontré con el evangelio, con el pelo largo, sandalias y una camisa de Iron Maiden. En ese momento, fui invitado a una actividad de jóvenes donde se despotricó contra el Rock y sus “satánicos efectos” y si bien no me convertí al cristianismo en esa ocasión, si empecé un proceso que hasta el día de hoy ha sido constante hasta llegar a la presencia de aquel que es la razón de mi ser. En todos estos años he escuchado argumentos a favor y en contra hacia el uso del rock en el cristianismo, que a la verdad en un alto porcentaje dichos argumentos me han parecido superficiales ya que parten del prejuicio “el Rock es del Diablo” y con una concepción así es muy difícil hacer un análisis responsable.

En primer lugar el Rock como cualquier otro género musical pertenece al orbe de la cultura, la cual no es otra cosa que toda aquella producción humana creada con el fin de prevalecer al medio, como bien enseña la selección natural, solo los fuertes sobreviven, pues al hacer cultura la especie humana esta prolongando su memoria y aunque si bien no pretendo hacer un manifiesto sobre Evangelio y Rock, “no soy digno de tal empresa”, si quiero dejar los puntos sobre las ies bien puestos.


El rock nace como fruto de la fusión de una serie de géneros como swing, blues, folk y el aporte de los cantos spirituals de los pueblos sureños de los Estados Unidos, en este último punto es importante tener claro que dichos coros eran entonados por gente que habían crecido en un ambiente de esclavitud y que camuflaban en cantos de tipo Gospel mensajes de liberación, siendo innegable el papel de las iglesias evangélicas en la creación del Rock (pobres satanistillas que creen que el Rock les pertenece, definitivamente la ignorancia es atrevida) por lo tanto a mi forma de ver el asunto el Rock N’ Roll en vez de llegarnos desde las fauces del infierno, nos llegó desde el barco esclavista donde llegaron miles de africanos y que magistralmente retrata Bob Marley en su Redention Song.
En cuanto a su energía y violencia implícita y explicita, el Rock desde sus orígenes fue la formula con que los hijos de las clases adineradas pudieron liberar su enojo contra una sociedad mojigata de apariencias y doble moral, y si bien es cierto en su caso específico desató la liberación sexual, por otra lado a 50 años de Rock hemos vivido también un sinfín de causas nobles motivadas con la estridencia de las guitarras.

En nuestro caso específico, los cristianos tenemos mucho que decir y oponernos a un sistema que se burla de Dios y sus leyes, o acaso pretenden que los cristianos seamos una masa de siervos menguados que le dicen amén a la apostasía, la corrupción y la injusticia, por que yo no veo eso en el evangelio. Ejemplo tenemos en el bautista, al cual le cortaron la cabeza por denunciar la corrupción del estado.

Un punto de cuidado que no es exclusivo del ambiente Underground, es que está lleno de superficialidad y de una irreverencia bendecida por un comercio que deshumaniza y solo piensa en una cosa “dinero”, aquí si estoy totalmente de acuerdo con aquellos que ven peligro en los vicios culturales, implícitos en el Underground y si de algo estoy seguro es de que la moda, los fetiches del ambiente rockero e incluso la farandulearía cristiana tienen un sitio asegurado en el botadero de basura de nuestra ciudad.. En este sentido el evangelio me dio algo que no me dará nunca el Rock, y son sus “palabras de vida eterna”, por tanto no renunciaré nunca al evangelio ya que en él veo, el plan de Dios para mi vida , pero tampoco pretendo renunciar a mi música fuerte, por que es mi cultura musical , en este sentido todo lo demás sale sobrando.

Hilando más fino como creyente me hago una serie de cuestionamientos:
¿Estamos entendiendo en lo que nos estamos metiendo? ¿Estamos comprendiendo que esto es más que rock, punk metal, ska o hard core? ¿Somos capaces de discernir lo que significa portar la insignia de Cristo en una tarima y decir abiertamente que somos cristianos? Somos concientes que la santidad y el temor de Dios son más importantes que la música misma? ¿Leemos y estudiamos la Biblia? ¿Nos congregamos todos y somos fieles con nuestros deberes? ¿Practicamos la caridad con los más necesitados? Si vivimos esto, toquemos duro y gritemos fuerte, pero, si por el contrario no tenemos ni la menor idea de cada uno de los tópicos mencionados, dejemos de consumir música y consumamos Biblia, estoy seguro que nos hará mejor, Por tanto llamemos las cosas por su nombre. NO SE EQUIVOQUE NI PUNK NI METAL NI HARD CORE, YO SOY CRISTIANO.


Por: Sergio Cruz (Luz Sobre el Almud)


Fotografía: Believer (
www.nolifetilmetal.com)

viernes, 5 de junio de 2009

miércoles, 3 de junio de 2009

Credo cristológico



Creo en Jesús, hijo de Dios, que al nacer en esta tierra

hizo historia, en la historia de los hombres y mujeres.


Creo en el hombre que sanaba con sus manos tiernas

a enfermos y mujeres cargadas de pena;

que en los montes se sentaba y llamaba a sus ovejas

y brotaban de su boca esperanza y buenas nuevas.



Creo en Jesús que habitó esta tierra como hombre

y rompió toda barrera para hablar con el Padre,

un Jesús que cambió las tradiciones por amor

y los sacrificios por un culto que nace del corazón.



Creo en Jesús, el hermano,

que de forma solidaria al Padre nos revela.

Creo en Jesús, el amigo de los pobres y excluidos

que comió con prostitutas y abrazó a los niños.



Creo en su sangre derramada en el madero de una cruz

a la que humanos sin temor le condujeron.

Creo en el cordero que quitó el pecado del mundo

al entregar su vida en perfecta obediencia.



Creo en Jesús que con su muerte la vida nos ofrece,

y con su resurrección hizo historia,

en la historia de los hombres y mujeres.


Por: Alexia Ugalde

Fotografía: El cordero de Dios 2 por fparrae (Deviantart)